En nuestra ciudad bonita, tenemos gente bonita, personas con un corazón generoso que se preocupan por servir y ayudar a quienes más lo necesitan.

La fundación Posada del Peregrino es el resultado del esfuerzo de varios santandereanos quienes con sus donaciones mensuales benefician a la población más vulnerable.

La Posada del Peregrino, fundada desde 1988, cuenta con varios programas. Uno de ellos consiste en dar almuerzo a los habitantes de la calle, quienes de lunes a viernes se acercan a disfrutar de una comida balanceada y “muy buena”, como ellos afirman. Son cerca de 300 personas, las que se benefician semanalmente.

El programa Manos Amigas va dirigido a las personas que viven fuera de Bucaramanga, pero debido a alguna enfermedad o tratamiento deben permanecer en ella, incluso los familiares que los acompañan; reciben hospedaje y alimentación durante el tiempo que sea necesario.

También se ofrece alimentación a estudiantes de diferentes municipios que obtuvieron becas del programa Ser Pilo Paga y necesitan un apoyo en su sostenimiento.

 

Y los niños, quienes son la alegría y futuro de nuestra sociedad, también tienen su espacio en la Posada del Peregrino. El programa Jardín Infantil y Preescolar, acoge a 70 niños en edades de 3 a 5 años, quienes en su mayoría, son hijos de vendedores ambulantes y les ofrece cuidado, alimentación y escolaridad en los cursos de prejardín, jardín y transición.

En el aprendizaje también les enseñan valores y normas para una mejor convivencia y les ayudan a desarrollar habilidades y competencias. Hay un equipo de profesoras psicólogos y nutricionistas dedicados a estos pequeños.

Durante estos 29 años de existencia, la fundación Posada del Peregrino ha logrado transformar la vida de miles de personas que en su momento de necesidad, han recibido una mano amiga que les ha ayudado a aliviar su situación.

Y es que, quienes llegan a este lugar, lo primero que reciben es un trato amable, respetuoso y cordial.

Son varias las personas que se acercan a esta fundación para servir y compartir, no solo sus recursos, sino su tiempo, dándose a los demás y llevando alegría y alivio a quienes lo necesitan. Y sin pensarlo, se convierten en nuestra gente bonita, en ejemplo para otros que también desean ayudar, compartir y continuar con esta gran obra.  ¡Tú también puedes ser parte de ella!

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